viernes, 10 de junio de 2016

DERECHOS DEL HOMBRE, REPRESENTATIVIDAD Y CIUDADANÍA.


De la modernidad política se pueden distinguir dos aspectos fundamentales, el estado de derecho y la soberanía popular. El primer aspecto limita el poder arbitrario del estado, al mismo tiempo que lo ayuda a constituirse y a enmarcar la vida social. El segundo respecto, que se más con la idea de democracia, es la siberianos popular, el poder de la mayoría. En este sentido, el estado de derecho apunta hacia algunas formas de separación de lo político y jurídico frente a otra sociedad civil. Mientras que la soberanía popular prepara la subordinación de las vida política a las relaciones entre actores sociales.
Pero, entonces, la democracia no nace del estado de derecho, aunque eso se piense, sino que nace de una convocatoria de principios éticos, tales como libertad y justicia. Sobre todo en defensa de las mayorías que no tienen poder contra los intereses dominantes. De esta manera, los grupos dominados cambian la idea que tienen de si propia situación, que se relacionaba principalmente con problemas económicos; ahora hablan en nombre de esos principios éticos.
En tanto, el tema de los derechos se encuentra inseparable de la democracia, que también se separa de tanta formalidad jurídica, cómo sucedía en regímenes autoritarios, y busca encontrar los problemas y tendencias. Entonces es posible entender que la púlpitos moderna no se entiende como expresión de necesidades, sino como la acción del poder sobre la sociedad. Pero no hay que perder de vista que se supone que en las democracias, los actores sociales ejercen un cierto control sobre el poder político.
Para comprender mejor la democracia, es necesario no olvidar tres aspectos fundamentales, uno de ellos es la libre elección, pero no sólo como concepto, sino que hay que echar un vistazo al funcionamiento y eficacia de esas elecciones, pues si no hay cobertura del voto, o renovación del mandato cada cierto periodo luego de elecciones, entonces no es una sociedad democrática. Una segunda característica fundamental es la manera en que los electores se asumen como ciudadanos, aunque la ciudadanía puede no ser solamente característica de democracia, sino que incluso puede contraponerse a ella. Finalmente, la tercer característica fundamental de la democracia es la limitación del control. Esta limitación es necesaria por respeto al poder mismo y el reconocimiento de los derechos fundamentales.
 De la misma manera, es posible identificar tres tipos de democracias, esencialmente. La primera da gran importancia a la limitación del poder y al reconocimiento de los derechos; el segundo tipo da mayor importancia a la ciudadanía, a la Constitución o ideas morales que de alguna manera da integración a la sociedad y asegura el cumplimiento de las leyes. El último tipo pone mayor atención a la representatividad social de los gobernantes.

Pero es importante no olvidar que la democracia, como tal contiene todos los elementos que se han descrito, sin embargo, en cada una se le da un peso diferente a cada una. Este peso se da de acuerdo al contexto, o sea a los objetivos específicos que persigue una nación, situación por la que esté atravesando, tipo de sociedad, etc. Y es lo que diferencia a una democracia de otra, así como los resultados que hay en cada una.

Capital social

 “Consideramos que el capital social abarca los conceptos de confianza, normas de reciprocidad, redes de participación civil, reglas y leyes. Todos afectan las  expectativas que tienen los individuos acerca de los patrones de interacción que los grupos de individuos introducen en una actividad recurrente”[1].
Acerca de esta definición de capital social, que es rescatada de uno de los textos leídos en esta unidad, y para ejercicio de esta breve reflexión (difícil de concretar en un espacio tan pequeño), quisiera partir de las características mencionadas, tales como la confianza y normas de reciprocidad para que exista el capital social. Son retomadas debido a que, a partir de ellas, surge un cuestionamiento: ¿Es posible que cualquier comunidad cree estos lazos?
Es en ese punto donde la creación de lazos de confianza y reciprocidad en comunidades específicas comienza a ser cuestionada, pues, en realidad, aunque en teoría puede ser un escenario deseable, además de que parecería una buena solución para muchos problemas, en la práctica puede ser un poco más difuso. Sin embargo, no generalizo por los casos donde se ha logrado impulsar capital social con buenos resultados. Lo que sí puede ser un hecho es que en esos lugares donde ha sido exitoso, han influido factores externos, por ejemplo, fuerzas de poder con intereses de por medio, además de que la población posiblemente cuente con algunas características especificas, que son las que permiten su fomento.
A esta conclusión se llegó luego de revisar el caso efectivo en Chiquimula y Zacapa, en Guatemala, ejemplo visto en clase. Una vez que conoces la historia de estas regiones especificas de un país como el guatemalteco, te das cuenta de que se trata de, en el caso de Chiquimula, la región con mejor índice de desarrollo humano en el país; mientras que Zacapa está poblado principalmente por descendientes de europeos que alguna vez llegaron ahí, lo que les ha permitido mantener, desde entonces, una estabilidad económica favorable. Aunado a esto, en Zacapa nació un Ron considerado como uno de los mejores en el mundo, con lo cual, se podría concluir que no se trata de una región cualquiera y que se le apostó a su mejoramiento porque eso sería conveniente no sólo para la población que la habita.
Con esto no demerito la gran labor de los que buscan fomentar capital social, por el contrario, creo conveniente tomar en cuenta que se trata de algo muy complejo cuando buscas crear lazos de confianza y de reciprocidad en seres humanos cada vez más individuales. Pues incluso podemos encontrar casos donde se ha intentado implementar, pero no se ha logrado, aunque se trate de comunidades más desfavorecidas.
Quizá, en este sentido, lo que promueve o hace efectiva esta tarea es la presencia de un liderazgo fuerte, capaz de convocar y convencer a la gente, basándose en un plan de trabajo bien elaborado; además, el hecho de que las metas a favor de la población que participa sean visibles y posibles, y los resultados vayan siendo tangibles, es un motor que permite continuar el camino y llegar a los objetivos planteados cuando se comienza un proyecto que promueva el capital social en una demarcación. Por lo tanto, el fomento de esto es más complejo de lo que puede parecer, pues requieren análisis minuciosos, que tomen en cuenta las particularidades culturales, sociales, demográficas, económicas, etc., que conforman a una comunidad, con el objetivo de crear algo concreto, que tenga buenos resultados.



[1] Ostrom, E. y T. K. Ahn. 2003. “Una perspectiva del Capital Social desde las Ciencias Sociales: Capital Social y
acción colectiva”. P. 7

Sociedad Civil

Para los contractualistas, la sociedad civil se diferencia por su institucionalidad del poder, donde el ser humano pasa del estado de naturaleza a la “constricción públicamente legal”. De acuerdo con Kant, es el sentido de construir no solo una sociedad civilizada y, por lo tanto, alejada del salvajismo que convierte, como diría Hobbes, al hombre en el lobo de sí mismo, sino que también como la construcción de una sociedad política.
Por otro lado, Hegel define a la sociedad civil como la antesala del surgimiento y materialización del espíritu absoluto del Estado, pero, frente a esto, la diferencia esencial entre la sociedad civil y el Estado está en su grado de organicidad que posee fuertemente el estado, al menos en apariencia, pero no las sociedades civiles, al menos hasta ese momento.
Karl Marx propone entender la sociedad civil como aquellas relaciones sociales que funden sus raíces en relaciones económicas y las condiciones materiales de existencia, desarrolladas históricamente en contextos y momentos determinados. A esto, Gramsci atribuye dos significados, el primero se refiere a un conglomerado de organizaciones privadas, mientras que el segundo se entiende como la sociedad política que mediante la hegemonía del grupo dominante conforma un bloque histórico que se compone, a su vez, de la cultura, política, economía, ideología, etc. Y donde la sociedad queda subordinada a los designios de esta clase dominante.

En concreto, podemos entonces decir que la sociedad civil son relaciones e interrelaciones dadas en planos de actores desarrollados fuera de una lógica institucional del estado. Estos se expresan y, de esta manera, hacen visibles conflictos centrados en terrenos como el económico, ideológico o político, donde el Estado surge como mediador a través de diferentes mecanismos.

Mi curriculo


Diana Luna Salazar
5529375891

dian.sab@gmail.com
CDMX

OBJETIVOS
Acrecentar mi nivel de conocimientos y la capacidad de llevarlos a la práctica para obtener los mejores resultados en el ámbito académico, laboral, y personal.

FORMACIÓN ACADÉMICA
-     2012 | Escuela Nacional Preparatoria Plantel 5                              
·         2012- Curso de habilidades del emprendedor. UAM-I
·         2015- Seminario sobre Agenciamiento del desarrollo. IIE, UNAM.
·         2016- Curso de introducción a la fotografía. Instituto Nacional de Astronomía.

EXPERIENCIA
2014 – Actual | Promoción y ventas
Productores de Ron Río Blanco y asociados | Santa María Tlalixtac s/n
Encargada directa de difusión y ventas de los productos elaborados por Productores Río Blanco en la Ciudad de México.

CUALIFICACIONES
·         Responsabilidad
·         Respeto
·         Puntualidad
·         Solidaridad
·         Tolerancia
·         Interés por el aprendizaje
·         Activa y entusiasta
·         Dominio de software como Microsoft Word, Power Point, Excel.
·         Habilidades dancisticas
·         Experiencia en Administración
·         Experiencia en relaciones sociales
·         Habilidades deportivas