De la modernidad política se pueden distinguir dos
aspectos fundamentales, el estado de derecho y la soberanía popular. El primer
aspecto limita el poder arbitrario del estado, al mismo tiempo que lo ayuda a
constituirse y a enmarcar la vida social. El segundo respecto, que se más con
la idea de democracia, es la siberianos popular, el poder de la mayoría. En
este sentido, el estado de derecho apunta hacia algunas formas de separación de
lo político y jurídico frente a otra sociedad civil. Mientras que la soberanía
popular prepara la subordinación de las vida política a las relaciones entre
actores sociales.
Pero, entonces, la democracia no nace del estado de
derecho, aunque eso se piense, sino que nace de una convocatoria de principios
éticos, tales como libertad y justicia. Sobre todo en defensa de las mayorías
que no tienen poder contra los intereses dominantes. De esta manera, los grupos
dominados cambian la idea que tienen de si propia situación, que se relacionaba
principalmente con problemas económicos; ahora hablan en nombre de esos
principios éticos.
En tanto, el tema de los derechos se encuentra
inseparable de la democracia, que también se separa de tanta formalidad
jurídica, cómo sucedía en regímenes autoritarios, y busca encontrar los
problemas y tendencias. Entonces es posible entender que la púlpitos moderna no
se entiende como expresión de necesidades, sino como la acción del poder sobre
la sociedad. Pero no hay que perder de vista que se supone que en las
democracias, los actores sociales ejercen un cierto control sobre el poder
político.
Para comprender mejor la democracia, es necesario no
olvidar tres aspectos fundamentales, uno de ellos es la libre elección, pero no
sólo como concepto, sino que hay que echar un vistazo al funcionamiento y eficacia
de esas elecciones, pues si no hay cobertura del voto, o renovación del mandato
cada cierto periodo luego de elecciones, entonces no es una sociedad
democrática. Una segunda característica fundamental es la manera en que los
electores se asumen como ciudadanos, aunque la ciudadanía puede no ser
solamente característica de democracia, sino que incluso puede contraponerse a
ella. Finalmente, la tercer característica fundamental de la democracia es la
limitación del control. Esta limitación es necesaria por respeto al poder mismo
y el reconocimiento de los derechos fundamentales.
De la misma
manera, es posible identificar tres tipos de democracias, esencialmente. La
primera da gran importancia a la limitación del poder y al reconocimiento de
los derechos; el segundo tipo da mayor importancia a la ciudadanía, a la
Constitución o ideas morales que de alguna manera da integración a la sociedad
y asegura el cumplimiento de las leyes. El último tipo pone mayor atención a la
representatividad social de los gobernantes.
Pero es importante no olvidar que la democracia, como tal
contiene todos los elementos que se han descrito, sin embargo, en cada una se
le da un peso diferente a cada una. Este peso se da de acuerdo al contexto, o
sea a los objetivos específicos que persigue una nación, situación por la que
esté atravesando, tipo de sociedad, etc. Y es lo que diferencia a una
democracia de otra, así como los resultados que hay en cada una.